[CRÍTICA] Love, Simon



El progreso de los personajes homosexuales en las películas y la televisión continúa en formas grandes y pequeñas. Ello vuelve a suceder con la llegada de "Love, Simon", una película dulce y conmovedora, protagonizada por Nick Robertson como un adolescente que no puede reunir el valor para contarles a sus amigos y sus padres que es gay.

Basado en la novela de Becky Albertalli, Simon entabla una amistad anónima por correo electrónico con un compañero de clase que enfrenta el mismo dilema, forjando una relación que también deja a Simon adivinando -y a veces fantaseando- acerca de quién podría ser su alma gemela electrónica.

El director Greg Berlanti, trabajando a partir de un guion nítido y divertido, hace un ágil trabajo al ponernos en la piel de Simon mientras trata de descubrir la identidad de su incógnito amigo. ¿Es el jugador amistoso de fútbol dándole miradas de complicidad en clase? ¿El chico guapo que trabaja en una cafetería? ¿El chico lindo e ingenioso que toca el piano para el musical de la escuela?


La ligereza de la historia es, en cierto sentido, la fuente de su encanto. Simon sabe que su familia progresista no lo rechazará, pero aún es reacio a lidiar con algo que, teme, cambiará fundamentalmente la forma en que lo perciben.

Nick Robinson brinda una grandiosa actuación como Simon. Sabe cargar en los hombros con el peso de la historia, logra hacer comprender y sentir empatía con su personaje; y además, logra humanizar a su personaje, quién es una persona normal como todos. Recuerdo una secuencia de sueños en dónde Simon imagina ser un estudiante de una “Universidad Liberal” con imágenes de chicos en su cuarto y bailando en el patio con colores del arco iris. Luego despierta, sacude la cabeza y reflexiona que ese no es él, él no es un estereotipo. "Soy como tú", dice Simon, rompiendo la cuarta pared.


Comparado con, por ejemplo, "Moonlight" o "Call me by your name", el verdadero romance es entre Simon y su propia identidad pública verdadera; la revelación de su secreto es mucho más importante que el deseo de conocer a su misterioso amigo virtual.

Es necesario resaltar al elenco del largometraje. Cada personaje sabe en qué participa durante el filme. Cada uno tiene una personalidad, una historia, una misión. Ninguno estorba ni está por las puras. Todos aportan su grano de arena en esto bello relato.


El personaje más problemático en "Love, Simon" es el detestable, agresivo y triste Martin, un joven que actúa como un zopenco y tiene un argumento de la historia muy desigual. Las acciones de Martin a veces se sienten forzadas e inverosímiles y diseñadas para manipular la trama. Pero eso es un tropiezo aislado en una historia maravillosa, edificante y completamente entretenida.

Desde el cómodo entorno suburbano hasta el simpático protagonista; desde los adolescentes inteligentes hasta los adultos cálidos y bien intencionados pero a veces fuera de contacto; desde las secciones de la vida en el aula de la escuela hasta la escena central de la fiesta; desde los enamoramientos secretos hasta los grandes momentos en los que se revelan verdades ocultas durante mucho tiempo; todo en una banda sonora: "Love, Simon" evoluciona el género de comedia romántica adolescente y se siente fresca y entrañable, además de que es simpática y relevante en la actualidad.

Por: Jose Templo

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